Su verdadero nombre es Cala Sonreiras, aunque mucha gente la llama Sonreirás.
Cuando bajes por sus escaleras de madera y contemples su belleza sabrás por qué.

Este paraíso se sitúa entre el Castelo da Concepción y al antiguo vivero de langostas.
Está a unos 20 minutos andando desde el casco antiguo y a unos 5 minutos en coche, en tal caso, tened cuidado con los peatones, ya que probablemente crucéis el centro neurálgico, el cual es peatonal. Debéis saber, también, que si vais en coche solo podréis llegar hasta el Aparcamiento Castro, donde podréis aparcar gratuitamente si encontráis sitio (es posible encontrar furgonetas o autocaravanas, aunque legalmente no está permitido pernoctar).
Dato importante, el acceso a la cala puede ser complicado para personas mayores o con movilidad reducida y para su acceso, deberéis tomar el primer camino, donde hay un letrero que habla del patrimonio histórico de Cedeira.

En cuanto a la cala, es relativamente pequeña (20m) y prácticamente inexistente con marea alta. Además, cada vez goza de mayor popularidad, por lo que podría estar concurrida en las horas centrales de la temporada veraniega.
Su arena es blanca y fina y el agua tiene un color turquesa y cristalino que la hace ideal para hacer snorkel, En definitiva, se trata de una playa que nada tiene que envidiar a las playas del Caribe, excepto por su temperatura, dato a destacar si eres friolero/a.